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10 claves en la gestión de conflictos

10 claves en la gestión de conflictos

En general, la visión que existe en nuestra sociedad sobre el conflicto es negativa por lo que lo que siempre se suele intentar hacer es minimizarlo, no hablar de él e intentar obviarlo. Actuar de este modo en lugar de apostar por la gestión de los conflictos suele ser muy perjudicial a largo plazo ya que hace que el conflicto se enquiste y no se resuelva. Además, en el peor de los casos, lejos de resolverse, el conflicto puede acabar haciéndose más grande por el mero hecho de no haberlo solucionado a tiempo.
 
Claves para gestionar bien los conflictos
 
1. Evitar los prejuicios: Ésta es una de las cosas más difíciles de conseguir durante la gestión de conflictos. Es necesario dejar a un lado nuestra impresión negativa sobre una u otra persona de cara a conseguir llegar a un acuerdo.
2. Involucrarse: No puede haber una verdadera gestión de conflictos si quien intenta gestionarlo y mediar en él no se involucra y se implica en la solución. Esto transmitirá confianza a las partes y nos dará una cierta autoridad.
3. Tener empatía: Hace falta saber ponerse en el lugar del otro cuando se trata de realizar una buena gestión de conflictos, si no lo hacemos, es difícil que podamos llegar a entenderlo e integrar sus necesidades y aspiraciones.
4. Identificar el problema: En ocasiones la discusión o el conflicto es sobre algo trivial pero no es más que una manera de manifestar el verdadero problema. Identificar este problema es fundamental para realizar una buena gestión de conflictos.
5. Tener una visión de conjunto: Cuando tenemos que resolver un conflicto, necesitamos tener una visión de conjunto. Entender todos los puntos de vista, entender las consecuencias y las causas de todo. Sólo así la gestión de conflictos podrá ser eficaz.
6. Saber escuchar: Saber escuchar es fundamental. Sobre todo, porque cuando realizamos una gestión de conflictos tenemos que tener en cuenta que lo que creemos entender y lo que nuestro interlocutor trata de decir no siempre coincide.
7. No pensar que se tiene razón: Aunque estemos convencidos de que tenemos la razón, tenemos que hacer un esfuerzo por pensar que no la tenemos e intentar pensar que la tiene la otra parte. Sólo así podemos llegar a la comprensión.
8. Gestionar las emociones: Las emociones como el dolor o la rabia en ocasiones pueden jugarnos malas pasadas y decir algo que no queríamos decir y que no sentíamos realmente. Para hacer una buena gestión de conflictos es necesario que esto no ocurra.
9. Entender las necesidades o intereses: No puede haber gestión de conflictos duradera y útil si no hay un entendimiento de qué es lo que lleva a la otra parte a actuar así.
10. Definir objetivos comunes: Por último, la gestión de conflictos no debe olvidar que el objetivo es buscar algo que sea bueno para todas las partes involucradas; sólo así, a través de la cooperación, saldremos adelante.
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