Desde 2015 más de 60 personas con discapacidad intelectual han sufrido abusos sexuales. La mayoría de las víctimas de esos abusos suelen ser mujeres y por desgracia suelen darse dentro de las familias y en el ámbito institucional y muchos de ellos se acaban silenciando. Es necesario estar atentos a si las personas con discapacidad sufren algún cambio en su comportamiento ya que esto podría ser un claro indicador de lo que está pasando. Hay que concienciar a la población para que sepan que este colectivo es tremendamente vulnerable.

Uno de los principales problemas en el entorno de las personas que sufren discapacidad mental es que los tratan como niños. No hay duda que en muchas ocasiones y dependiendo del tipo de discapacidad necesitarán más o menos ayuda para realizar tareas cotidianas pero lo que no debemos hacer es privarlos del sexo. Al tender a sobreprotegerlos impedimos que se relacionen con otras personas y esto les puede acabar frustrando. Tampoco nos olvidemos que hay personas que no saben que las personas con discapacidad intelectual también tienen sexo, y esto es algo que nunca llegarían a comprender.

Hemos de tener en cuenta que la sexualidad no va a ser igual dentro de este colectivo, dependerá del grado de discapacidad mental que tenga la persona en cuestión. A veces, podemos observar que el desarrollo psicosexual de este tipo de personas puede ser un poco más lento que el del resto. También es cierto que pueden expresar su sexualidad de una forma más desinhibida y a veces realizar acciones en lugares públicos que para el resto de la sociedad pueden no estar bien vistas.

Sería importante explicar a las personas con discapacidad mental todo lo referente en cuanto al sexo y también a las prácticas de riesgo. Es importante que logremos que establezcan otro tipo de vínculos con personas que no sean sus familiares, ya que así aprenderán a desenvolverse en otros ambientes.