Acompañar a una persona enferma de Alzheimer es complejo, pero a la vez enormemente satisfactorio cuando sabemos un poco más de la enfermedad, la entendemos y, de alguna forma, la manejamos mejor porque somos conscientes de aquello que necesita y que demanda de nosotros.
Si los cuidados físicos son muy importantes, no lo son menos aquellos cuidados que aportan cariño, dignidad, respeto, amor, etc. Por eso, el punto de partida de este curso arranca del convencimiento de que los profesionales que cuidan en el día a día a personas que presentan enfermedad de Alzheimer, han de tener un conocimiento preciso de las peculiaridades de estos enfermos, de la patología que presentan y de los múltiples aspectos de este tipo de demencia que la convierten en una enfermedad compleja, especialmente en lo referente al aspecto comunicativo.
Ser conscientes de cómo nos dirigimos al enfermo de Alzheimer, que tipo de comunicación establecemos con él, así como del lenguaje verbal y no verbal que utilizamos, es fundamental a la hora de desempeñar un trabajo satisfactorio que nos permita manejar y mejorar las situaciones difíciles que se presentan.
Para ello podrá observar el papel que juegan elementos como el lenguaje, las actitudes o las creencias en los estilos de trabajo y conocer más algunas pautas a seguir que podrán modificar el rumbo de sus intervenciones.
- Conocer los cambios que provoca a nivel conductual el desarrollo de la demencia tipo Alzheimer.
- Revisar las técnicas y habilidades de comunicación más adecuados en el manejo de comportamientos difíciles asociados al desarrollo de la enfermedad.
- Poner la atención en el tipo de lenguaje y palabras que utilizamos: desarrollar lenguaje positivo y generador de cambio.
- Tener consciencia de que una adecuada prevención es la clave para evitar, o al menos reducir, los riesgos derivados de unas malas prácticas en el trabajo.