Este sistema se aplica por los cuidadores que quieren conseguir las mejores condiciones físicas y mentales posibles para sus pacientes de edad avanzada.
Con el envejecimiento saludable las personas mayores consiguen mantener su funcionalidad e independencia mediante estrategias diseñadas para ello. Con este método los profesionales de los cuidados pretenden conseguir que los pacientes de más edad ganen salud y aprovechen al máximo sus propias capacidades. Si este es tu ámbito de trabajo, estas son las claves para conseguir un envejecimiento saludable:
1. Analizar el contexto social de la persona mayor a la que se atiende. En muchos casos la idea de envejecimiento saludable puede ser difícil de inculcar al paciente si no se conoce su situación personal. Es necesario conocer en profundidad a la persona atendida para saber como afrontar este tipo de cuidados.
2. Identificar las necesidades de cada individuo. Muy relacionado con el punto anterior, se trata de saber que mejoras en la calidad de vida necesita cada persona tratada. El envejecimiento saludable no es algo que se pueda afrontar de manera general ya que cada individuo parte de un punto distinto.
3. Conocer las afecciones de la vejez. Por supuesto, esto es fundamental para poder obtener los tratamientos necesarios que mejorarán la salud del paciente. Se pueden descubrir síntomas a tiempo y conseguir actuar de manera más rápida. Es necesario saber qué cambios se producen el organismo cuando se llega a esta etapa de la vida, así como los síndromes geriátricos para saber cómo tratarlos.
4. Reconocer las capacidades y potenciarlas. Esta es una de las labores más importantes del cuidador que quiere conseguir un envejecimiento saludable de su paciente. Promover la independencia y la relación con el entorno que lo rodea es clave para conseguir este objetivo.
5. Evitar discriminación y estereotipos. En muchos casos la calidad de vida de las personas mayores se ve disminuida por el propio rol que se le suele imponer en los entornos sociales. Romper con estas creencias es uno de los principales objetivos del envejecimiento saludable.
6. Sensibilizar a los profesionales. No hay que olvidar que los cuidadores pueden ser personas cercanas (en muchos casos de la familia) o personal laboral en centros asistenciales. Sobre todo, en ese último caso es necesario un verdadero compromiso por el trabajador para garantizar el envejecimiento saludable de la persona a la que trata.
7. Plantear objetivos. Para el envejecimiento saludable es necesario establecer metas que nos ayuden a medir el nivel de avance. Por ejemplo, una de ellas puede ser conseguir autonomía e independencia mediante proyectos de cohousing. Para ellos también es importante saber lo que el paciente realmente desea o necesita.
8. Evaluar los indicadores sanitarios y sociales. Como todo proyecto, el envejecimiento saludable requiere de un seguimiento para comprobar si está consiguiendo los resultados esperados. Por ello es necesario conocer los indicadores que nos hablan de los avances y los posibles fallos. Es una manera de saber que la línea de trabajo es la adecuada.
9. Diseñar intervenciones cuidadosamente. Los planes de acción para un envejecimiento saludable se deben establecer de manera individual y en atención a necesidades concretas. Es mejor establecer prioridades y trabajar sobre ellas que abordarlas de manera global. De esta manera se pueden plantear estrategias para mejorar la movilidad o para crear y mantener relaciones.
10. Recibir la formación adecuada. Como puedes comprobar, el envejecimiento saludable requiere de amplios conocimientos para que se pueda aplicar efectivamente. En ISES contamos con un completo Curso de Envejecimiento Saludable que te ayudará a adquirir las capacidades para poder ofrecer estos cuidados de calidad.