La aparición de este nuevo virus provocó el colapso de todo el sistema sanitario a nivel mundial y español. Además, esta crisis vino acompañada de millones de muertos. Una cifra que aún no se ha paralizado por completo porque las consecuencias de la COVID-19 aún están muy presentes en nuestro día a día. Gracias al descubrimiento de la vacuna, que pretende frenar esta curva, los índices comienzan a mejorar y ha llegado el momento de dejar a un lado las malas noticias y sumarnos al positivismo que la situación requiere.
Buenas noticias para los mayores
Los principales afectados han sido las mejores mayores. Uno de los principales grupos de riesgo que se han visto obligados a seguir las recomendaciones gubernamentales al pie de la letra para garantizar su salud. Meses y meses sin ver la luz del sol con un motivo claro, ponerse la vacuna para hacer frente al virus y poder volver a la salir a la calle y disfrutar de sus familiares y amigos.
Y uno de los lugares donde más se ha sufrido el ataque de la COVID-19 ha sido en las residencias para ancianos. Este grupo de riesgo ha sido de los más vulnerables y ha tenido que luchar muy fuerte para sobrevivir. Una vez saltaba la alarma de un caso positivo en estos lugares, el miedo y la presión era durísima.
Todo cambió con la aparición de las vacunas, ya que, hoy en día, casi el total de las residencias están vacunadas al completo y con la primera dosis puesta. Son muy pocas las que todavía esperan la segunda, que llegará en nada. Parece que las sonrisas de los mayores comienzan a brotar de nuevo.
Actuación sanitaria
Y gran parte del mérito proviene de la actuación de los sanitarios. Esos superhéroes que se han dejado la vida desde marzo del 2020 para que hoy, muchísimas personas mayores puedan estar leyendo este artículo. Y todo, en gran parte, por vosotros, los que nos leéis y tenéis más de 60 años, sois unos valientes y lo habéis logrado, gracias a la vacuna el índice de contagios y muertes en personas mayores ha descendido notablemente.
Profesionales preparados y cualificados para llevar a cabo una de las tareas más complicadas a las que seguro que se han tenido que enfrentar a lo largo de su trayectoria sanitaria. Aunque también son muchos los jóvenes que han tenido que ponerse al pie del cañón recién finalizados sus estudios para ayudar a que todos nuestros mayores, y no tan mayores, estuvieran a salvo.
Fue fundamental la colaboración entre todos los sanitarios para llevar a cabo esta dura tarea. Escuelas de formación como el Instituto Superior de Estudios Sociales y Sociosanitarios se pusieron a la orden del día para aportar su granito de arena con cursos como el de ‘Medidas de Prevención y EPIS para la COVID-19 en Residencias y Centros Sanitarios’.
Un curso que tiene como objetivo orientar a los profesionales para que puedan llevar a cabo sus tareas siguiendo los procedimientos indicados y frenar así el desarrollo del virus en las vidas de los más mayores, tanto en casa como en residencias. Una formación que viene acompañada de las buenas noticias que nos está dejando las vacunas en cuanto a disminución de muertes y contagios en ancianos.