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Cómo afrontar emocionalmente el diagnostico de una enfermedad

Cómo afrontar emocionalmente el diagnostico de una enfermedad

Cuando una persona es diagnosticada con una grave enfermedad toda la familia se ve afectada a nivel emocional. Al menos los parientes y amigos más cercanos sentirán una gran pena, y algunos no sabrán manejarla. En especial los primeros días de conocer la noticia, es muy importante que tanto el enfermo como su entorno sepan afrontar tal situación. La salud emocional es también importante y crucial en estos casos.
 
Desde ISES fomentamos el conocimiento en materia social y sociosanitaria con programas universitarios que ayuden a toda persona con discapacidades físicas o mentales. Hoy queremos hablarte sobre un tema que pocos toman en cuenta por pensar que no es importante: las emociones durante una enfermedad. Mira estos consejos y aplícalos si has recibido un fuerte diagnóstico de salud o eres familiar de alguien que sí.
 
 
Ser una persona optimista sin exagerar
Sí, es un poco difícil sentirse optimista, más si el diagnóstico no es muy favorecedor. Pero, debes tomar en cuenta que la actitud que adoptes es muy importante para poder afrontar síntomas y efectos secundarios. Debes entender que todo es parte del proceso y que pronto el tratamiento médico surtirá efectos positivos. Si eres la pareja, familiar o amigo del enfermo, también debes mostrarte positivo sin perder el sentido común.
 
Cuando hablamos de sentido común nos referimos a no exagerar con las actitudes positivas cuando no sea necesario. La persona enferma notará que estas forzando la situación o que intentas que no se sienta mal, algo que es totalmente valido y normal. No puedes evitar que el paciente se sienta mal emocionalmente, pero sí que salga rápido de ese estado mental de decepción o tristeza.
 
 
Familiar del enfermo: primero la empatía
Justo lo anterior tiene que ver con la empatía que debes sentir por tu familiar o ser querido enfermo. Quizás hay actitudes que no puedes aceptar, pero debes entender que se trata de una enfermedad grave que seguramente no es fácil de manejar. Antes de molestarte o tratar mal a la persona enferma intentando minimizar lo que siente, respira profundo y ofrécele tu cariño y comprensión.
 
 
Salir de dudas
Los miembros de la familia que tengan dudas sobre la enfermedad o cuáles son los siguientes pasos a seguir, deben preguntar o investigar todo. La duda muchas veces alimenta la negatividad, por lo tanto, lo mejor será conocer la mayoría de los aspectos relacionados con la enfermedad. En especial, si el propio enfermo está en condiciones de saberlo todo, debe salir de toda duda que lo atormente.
 
 
Ofrecer o buscar soluciones, no problemas
Como hemos dicho, sabemos que no es fácil mantenerse siempre optimista o con la mejor actitud, pero en definitiva es el mejor camino. Si eres la persona afectada o un familiar, no debes enfocarte en los problemas, sino en las soluciones. Antes de sentarte a lamentarte, debes estudiar todas las soluciones posibles que te lleven a resolver cada aspecto. En especial si eres el familiar, evita destacar solo los problemas delante del enfermo.
 
 
Usa herramientas que mantengan tu mente relajada
Cuando descubres que tienes una enfermedad, es mucha la incertidumbre que sientes. Y de la incertidumbre nacen los pensamientos que pueden no querer desaparecer de tu mente. Ayuda mucho leer un buen libro, escuchar música o hacer una actividad al aire libre que involucre interactuar con otras personas. Hay quienes eligen la meditación, yoga o natación en solitario. Lo importante es intentar distraer la mente.
 
 
Elimina de todo lo que estrés, ansiedad o preocupación
Es momento de enfocarte en ti o en tu familiar enfermo para lograr juntos una fructuosa recuperación. No se trata de pensar las 24 horas en la enfermedad, sino de dirigir tus buenas energías hacia ella. No debes lidiar con elementos que desgasten tu mente y tus emociones. Y esto aplica para familiares y el paciente, pues, los familiares también suelen agobiarse. Elimina malas relaciones y aquellos problemas que te restan.
 
 
Hacer lo que te gusta
Si no quieres agregar nuevas actividades a tu vida para no sentir que tu rutina ha cambiado, puedes seguir haciendo lo que te gusta. En tanto sea posible, haz esas actividades que siempre has preferido para mantener tu normalidad. Puedes incluso retomar algunas tareas que habías dejado, o relaciones con amigos que ya no mantenías por ciertas razones.
 
 
Busca ayuda profesional
En definitiva, el manejo de las emociones durante el tratamiento médico de una enfermedad es importante. Tener el ánimo decaído, una mala actitud o un comportamiento errante puede echar por tierra la posibilidad de una buena recuperación. Si no sabes cómo tomar el tema de la enfermedad con buena actitud, debes buscar ayuda profesional. Hay personas que pueden brindarte buenos recursos.
 
Y si lo que te interesa es ayudar a personas que enfrentan una dificultad en su vida, considera que tienes vocación de servicio social. En nuestro instituto ofrecemos áreas de estudios que pueden satisfacer tu necesidad de ayudar. Puedes decidir si quieres trabajar con niños, adultos mayores o personas con discapacidad física: hay un programa ideal para cada uno.
 
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