Con este papel clave en la recuperación y en la mejora de la calidad de vida del paciente, el profesional sanitario requiere de unos conocimientos y habilidades cuyo desarrollo se consigue a través de una correcta formación a la que hay que añadir, por supuesto, la experiencia que se consigue a lo largo del tiempo en la que su actividad laboral se ha venido desarrollando.

Podemos encontrar una serie de capacidades que son necesarias para que el trabajo del profesional sanitario tenga los resultados deseados en la atención al paciente. Su ámbito de aplicación es bastante diverso pudiendo abarcar desde atención a personas mayores hasta pacientes con dolencias de salud mental. Por ello conseguir un desarrollo de las aptitudes con una formación más especifica puede obtener mejores resultados.

Una de las claves que ayudará a la recuperación del paciente es la comunicación de éste con el profesional sanitario. Se deben trabajar las habilidades sociales que permitan que la relación entre ambos sujetos permita una comunicación fluida que será muy ventajosa para la recuperación de la persona que está siendo asistida.

Capacidades como la asertividad o la toma en consideración de las diversas dimensiones vitales con las que cuenta el paciente ayudará a conseguir los objetivos de mejora establecidos para el paciente que es atendido por el profesional sanitario. Otras herramientas como la gestión del estrés ayudarán sin duda a que la relación entre el paciente y el profesional sanitario sea más positiva.

 

 

Sin duda de esta manera las necesidades del paciente serán mejor atendidas debido a la relación construida con el profesional sanitario. Este podrá así colaborar en la mejora de las atenciones que el paciente necesita ya que gracias al vínculo establecido se puede hacer un mejor seguimiento de la progresión que la persona atendida está obteniendo.

De esta manera también se consigue aumentar la comodidad del paciente en su difícil situación haciéndolo más receptivo con el tratamiento recibido en base a la relación de confianza que se establece con el profesional sanitario con el que tiene un contacto más estrecho. Entrar en la dinámica de los cuidados que se reciben es fundamental para una correcta recuperación.

Es por ello que el profesional sanitario debe recurrir a una formación continua para mejorar el trabajo que está realizando con el paciente. Sobre todo, para conseguir los conocimientos específicos que le ayudarán a mejorar el trato con la que persona a la que atiende, pero también para poder conseguir una mejor adaptación a las necesidades del paciente concreto.

Las personas con capacidad distinta, los mayores o los pacientes de salud mental suelen ser los destinatarios principales de los cuidados de los profesionales sanitarios y cada uno requiere de unas herramientas, conocimientos y habilidades específicas que siempre residen en los profesionales sanitarios. Es por ello que cumplen un papel fundamental en la recuperación de los pacientes.

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