Según un informe publicado por Sanitas, 3 de cada 10 de nuestros mayores empezará a sufrir deterioro cognitivo una vez pasada la edad de jubilación, que oscila entre los 65 y los 67 años. Sin embargo, según diferentes estudios científicos la pérdida de reflejos y el detrimento de la memoria empiezan en el ser humano por lo general a partir de los 45. Edades aparte, está claro que estimular la mente de nuestros mayores debe ser una necesidad a la par que una obligación tanto por ello como por sus familiares y/o cuidadores. Mantener la mente activa y desarrollar el pensamiento mediante acciones y ejercicios para que nunca dejen adormecer sus instintos cognitivos es siempre es una buena decisión beneficiosa para su salud.
Existen tres tipos de deterioro cognitivo que merece la pena conocer y sobre todo saber cómo actuar para que los mayores dispongan siempre de una buena salud mental, activa, sana y despierta. Por un lado el deterioro cognitivo leve conlleva una pérdida de dichas funciones en mayor grado al que corresponde a un envejecimiento normal. Eso sí no son tan fuertes como para diagnosticar una demencia. Las personas con este tipo de demencia presentan un déficit en la memoria episódica y semántica. Casos aislados de pérdida de memoria o de atención, por ejemplo. Dificultad en el lenguaje, déficit de atención visual, inhibición de respuestas o dificultad para procesar la información. ¿Qué tareas poner en práctica en estas personas? Sin duda tareas de estimulación cognitiva. La repetición, la paciencia y la repetición del mensaje debes ser prioritario para captar la atención y la concentración de éstas. La lectura, sea del tipo que sea, o enfatizar detalles en el mensaje mediante una conversación sin duda les ayudará.
El envejecimiento normal de la memoria es un hecho y con él el deterioro cognitivo que se representa mediante la pérdida de memoria episódica, atención selectiva, memoria de trabajo o dificultad para recordar nombres o direcciones. En este caso, las habilidades de memoria deberían ser una elección prioritaria por lo que entrenar habilidades atencionales son altamente recomendable. Las sopas de letras, ejercicios de gramática, ejercicios de lenguaje… deben ser una prioridad. Por otro lado, se encuentran aquellas personas donde el deterioro mental es más latente, en esta ocasión se deben trabajar tres áreas esenciales: memoria, razonamiento y velocidad de procesamiento implicando a su vez habilidades perceptivas y atencionales donde se ha demostrado que entrenar esas áreas tendría cierto apoyo científico.
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