Durante años, la medicina ha arrojado una infinidad de aportes que han permitido extender la esperanza de vida de la humanidad. Sin embargo, hay algo más importante que vivir por mucho tiempo: la calidad de la experiencia. Y bien sabemos que la salud juega un papel clave en ello. Es por esta razón que uno de los objetivos actuales es promover un envejecimiento saludable.
Hasta ahora, el camino parece bastante claro; mantener un estilo de vida saludable desde la juventud es uno de los puntos clave. Pero ¿qué quiere decir esto? Básicamente: buena alimentación, descanso, ejercicio físico, salud mental y relaciones sanas. Pero aprovecharemos esta oportunidad para explicar 10 pasos no sucesivos que definitivamente pueden ayudar a lograr un envejecimiento saludable.
Dieta saludable
Los países desarrollados muestran altos índices de obesidad, una enfermedad vinculada a otro espectro de afecciones; muchas de estas tienen carácter crónico y se relacionan con la muerte súbita a temprana edad. Mantener una dieta rica en frutas y verduras y baja en grasas y en alimentos ultra procesados reduce el riesgo de padecerlas; por ello, es vital para un envejecimiento saludable.
Actividad física
Evitar el sedentarismo es primordial para un envejecimiento saludable. La actividad física, incluso leve, pero sostenida a lo largo del día, ayuda a quemar calorías y mejora el flujo sanguíneo. Solo con ello, se evitan problemas como el sobrepeso, los problemas de circulación y el insomnio. Y ni hablar de los beneficios que ofrece el movimiento al estado de ánimo y la autoestima.
Una buena higiene del sueño
A lo largo de la vida, encontraremos un sinfín de situaciones que, literalmente, nos quitarán el sueño. Sin embargo, mantener hábitos de descanso adecuados es primordial para un envejecimiento saludable. No dormir lo suficiente, o dormir mal, se ha asociado con la alteración del ritmo circadiano; y, en consecuencia, con el riesgo de numerosas enfermedades, incluido el cáncer.
Relaciones saludables
Aunque poco se habla de ello, la calidad de las relaciones también influye en el envejecimiento saludable. El amor, la amistad y las interacciones con otras personas e incluso con mascotas influyen directamente en el estado de ánimo y en el estilo de vida. Vale recordar que somos seres profundamente sociales, y condiciones como la soledad pueden afectar significativamente la salud.
Evitar el estrés y cuidar la salud mental
El estrés es necesario para afrontar nuevos desafíos y superar nuestros límites, pero se vuelve un problema cuando tiene un carácter crónico. Como muchos saben, cuando lo experimentamos, nuestro cuerpo libera sustancias que lo ayudan a enfocarse en un objetivo. Pero, a largo plazo, esto puede perturbar la calidad del sueño, el estado de ánimo, aumentar la ansiedad; y, por ende, la posibilidad de envejecimiento saludable.
Evitar el tabaco y sus variantes
El tabaquismo es uno de los hábitos más arraigados en los países desarrollados, pero irónicamente, este atenta contra la salud de las masas; y no solo de quienes lo mantienen, sino también de quienes están a su alrededor. Es uno de los principales enemigos del envejecimiento saludable porque debilita las vías respiratorias, haciéndolas más vulnerables. Además, se relaciona con diferentes tipos de cáncer.
Evitar el alcohol
Varios estudios han vinculado el consumo de alcohol, incluso el moderado, con diferentes tipos de cáncer; por tanto, es un enemigo del envejecimiento saludable. Es bien sabido que beberlo con frecuencia afecta directamente el hígado, uno de los órganos más importantes para el funcionamiento del cuerpo. Por si fuera poco, estas sustancias deprimen el sistema inmunitario, haciéndolo menos eficaz en la lucha contra patógenos externos.
Contacto con la naturaleza
Las sociedades modernas suelen gozar de las comodidades del urbanismo, muchas veces dejando de lado la importancia de los espacios verdes. Sin embargo, existe evidencia científica de que el contacto con la naturaleza puede favorecer tanto la salud mental como física. En la primera, porque permite la desconexión del bullicio y el estrés de las ciudades; en la segunda, porque promueve la actividad física.
Una vida sexual activa y saludable
Poco se habla de ello, pero la sexualidad también forma parte de una vida plena. Llegar a una edad avanzada no tiene por qué implicar un cese absoluto de esta actividad y, de hecho, también favorece un envejecimiento saludable. De hecho, hay estudios que asocian la frecuencia de eyaculación con un menor riesgo de cáncer de próstata. Sin embargo, siempre es importante asumirla con responsabilidad afectiva y protección.
Control de la salud a lo largo de la vida
Y aunque a muchos no les gusten los médicos, visitarlos antes de que el cuerpo lo exija también forma parte de la estrategia para un envejecimiento saludable. Los chequeos médicos regulares ayudan a detectar desequilibrios, si los hay, y abordarlos a tiempo. Esto puede ser desde una simple deficiencia vitamínica hasta alguna afección genética controlable. El control de la salud debe formar parte de la rutina de autocuidado.