Desde luego, en el caso de padecer alzheimer lo más adecuado es ponerse en manos del médico especialista y de un neurólogo. Ellos serán quienes mejor sepan qué debe hacerse y qué no. Sin embargo, existen una serie de terapias y de ejercicios que están encaminados a hacer que o bien no acabemos desarrollando el alzheimer o bien acabemos por hacer que la enfermedad, si es que ha aparecido, acabe frenándose o progresando menos rápidamente de lo que cabría esperar.
Por eso, en este artículo hemos querido hacer un repaso de las terapias y ejercicios que se pueden hacer para evitar el alzheimer. Algunos son más bien de carácter preventivo mientras que otros están encaminados a tratar la enfermedad y a hacer que su desarrollo sea más lento. Tanto en unos como en otros, tenemos que tener en cuenta que una mente activa es la mejor garantía de que el alzheimer no avance rápido.
Ejercicios para prevenir el alzheimer
A modo de prevención del alzheimer, uno de los ejercicios que recomiendan neurólogos y psiquiatras es aprender un idioma nuevo. Esto es especialmente interesante a partir de los 50 años de edad. Al aprender un idioma hacemos que ciertas partes de nuestro cerebro funcionen. Partes que, normalmente, se encuentran aletargadas, por lo que estamos haciendo que nuestra mente no se oxide.
Otra de las buenas prácticas que podemos seguir para evitar que el alzheimer avance, es utilizar la mano contraria a la que solemos usar. Así, si somos diestros, podemos intentar utilizar la mano izquierda (y lo contrario si somos zurdos) para actividades como comer, lavarnos los dientes o utilizar un aparato. Nos costará, pero estamos haciendo que nuestro cerebro trabaje más allá de los ejercicios de memoria que tanto se llevan.
Y es que los ejercicios de memoria son otra de las cosas que podemos hacer para evitar que el alzheimer avance rápido. Este tipo de ejercicios pueden ser de lo más variado: desde juegos de recordar series hasta aplicaciones del móvil específicamente previstas para esta finalidad. También, si además queremos culturizarnos, aprender una nueva carrera o ir a la universidad de mayores puede ser algo muy interesante que hacer.
Los juegos de habilidad, tanto con las manos como con el cuerpo, son otra de las formas de prevenir o minimizar los efectos del alzheimer. En este caso se tratará de mantener el equilibrio, hacer actividades con los ojos cerrados o usar las manos para acciones que requieran de gran habilidad como puede ser, por ejemplo, hacer una maqueta o manipular una miniatura.
Desde luego, hay que tener presente que la enfermedad de alzheimer no tiene cura. Pero el resultado de una buena terapia preventiva se deja ver y hará que nuestra vida sea mucho más saludable y el avance de la enfermedad mucho menor.