La inserción laboral de personas discapacitadas es un objetivo que, como españoles, nos hemos propuesto alcanzar. Se trata de una meta que implica a todas las empresas con sede en el país, protegida por la legislación vigente. En este artículo, te mostramos las claves para incluir de forma natural empleados con discapacidad en tu empresa.

Este artículo es una guía bastante básica acerca de todo el proceso de inserción social y laboral de personas discapacitadas. En realidad, este es un proceso de estudio un poco más complicado, que se hace más complejo conforme la organización crece. Si eres un director de empresa, gerente de recursos humanos o de alguna forma estás relacionado con el trato del personal, te podemos recomendar un curso universitario acerca de la inserción laboral de personas con discapacidad.

En el curso, podrás aprender todo lo necesario para tratar las discapacidades y sus diversas barreras en el trabajo. Serás un profesional capacitado para incluir personas discapacitadas en el ambiente laboral, con un potencial de crecimiento orientado a los logros futuros de cada uno de los empleados.

 

En España, 4,38 millones de ciudadanos tienen algún tipo de discapacidad. Esto supone poco menos del 10% de toda la población del país. La gran mayoría de estas personas se encuentran desempleadas o sin capacidad de autonomía. Hoy en día, es un tipo de injusticia negar el trabajo a una persona con las ganas de trabajar, pero con una discapacidad notable. En la sociedad actual, la inserción laboral de personas discapacitadas representa un avance.

Problemas para acceder a instalaciones, condiciones de vida no óptimas y la incapacidad de lograr la autonomía son los principales problemas a los que se enfrentan las personas discapacitadas. Hoy en día, no se trata de un proyecto social, sino de una forma de hacer que cada español discapacitado tenga una vida digna. A continuación, te mostraremos los principales aspectos de la inserción laboral de personas discapacitadas.

 

El Real Decreto Legislativo 1/2013, del 29 de noviembre, regula la situación de las personas discapacitadas con el empleo. Del mismo modo, habla acerca del derecho al trabajo, y obliga a las organizaciones con más de 50 empleados a contar con, como mínimo, un 2% de la plantilla con alguna discapacidad. Por esta razón, es necesario contar con las condiciones necesarias para una correcta inserción laboral de personas discapacitadas.

 

Cuando pensamos en discapacidad, solemos tener la imagen de una persona en silla de ruedas. Aunque esta es una de las discapacidades más comunes, debemos considerar todas y cada una de ellas. Un aire puro y limpio, para personas asmáticas, rampas para personas en silla de ruedas e incluso instalaciones accesibles para personas con visibilidad reducida. En relación con esto, la carencia de instalaciones accesibles es un tipo de discriminación.

 

Si bien, la comunicación con un discapacitado no debería girar en torno a su dificultad, existen ocasiones en los que este tema debe ser tocado. La mayoría de personas con algún tipo de condición no tiene problema en hablar al respecto, pero la empresa debe facilitar los canales de comunicación interna para que las sugerencias sean hechas.

 

Solidaridad y respeto, son dos valores que se deben potenciar cuando existe una persona discapacitada en la organización. Aquí, no basta con que sea contratada una persona con dificultades. Es necesario que cada uno de los conformantes de la organización preste un poco de ayuda para la correcta integración de la persona discapacitada.

 

Ya te hemos contado acerca de las barreras y dificultades, sociales y económicas, que viven día a día las personas con discapacidad. Para lograr el objetivo de un país más accesible, solidario y en el que ninguna discapacidad sea dejada de lado, es necesario que cada una de las organizaciones muestre su compromiso, en pro de lograr este objetivo.

 

Existen varios tipos de ayuda por parte de las Administraciones Públicas que puede obtener tu empresa por ser inclusiva con las personas discapacitadas. Estos beneficios van desde incentivos fiscales, hasta bonificaciones en las cuotas de Seguridad Social. Incluso, se pueden habilitar ayudas para la adaptación de los espacios de trabajo. La Administración Pública comprende la inversión que esto significa, y es un poco solidaria al respecto.

La inserción laboral de personas discapacitadas comienza por aceptar que la discapacidad no te quita el derecho a trabajar. Todos queremos autonomía, ser capaces de algo y, por supuesto, de poder subsistir. Apegarse a los programas de solidaridad e inclusión y facilitar el acceso a empleos para todo tipo de personas, hará que vivamos en un país mejor, con una sociedad mejor.