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¿Cómo identificar situaciones de desprotección infantil?

¿Cómo identificar situaciones de desprotección infantil?

Los niños constituyen el futuro de la sociedad, por lo que garantizar una buena crianza y acceso a la educación es primordial para el Estado. Pero, como seres humanos, sus necesidades son mucho más específicas para crecer y convertirse en ciudadanos ejemplares. Lamentablemente, no todas las familias ni cuidadores tienen la capacidad de proporcionarlas, lo que conduce a desprotección infantil.
 
Se trata de un tema complejo que implica mucha sensibilidad puesto que va más allá de los prejuicios típicos contra los padres y tutores. Pero ciertamente, es primordial aprender a identificar las situaciones de desprotección infantil para poder abordarlas a tiempo. Con base en ello, y como institución formadora de profesionales capacitados para hacerlo, ofrecemos algunas pautas.
 
 
¿Qué es la desprotección infantil?
El término desprotección infantil suele confundirse con el de maltrato físico, pero en realidad es mucho más amplio; abarca todo un abanico de situaciones derivadas de la negligencia de los padres, tutores o cuidadores. Entre ellos, los más comunes son hacerlos testigos de violencia de género; abandono y/o maltrato emocional; abuso sexual; negligencia o, en otro extremo, el síndrome de Munchaüsen.
 
Con base en ello, un niño, niña o adolescente se encuentra en situación de desprotección infantil cuando sus necesidades básicas no se satisfacen; simultáneamente, este puede exhibir señales de maltrato físico o emocional, o de estar en riesgo de experimentarlos. En cualquiera de los casos esto es consecuencia del comportamiento de sus padres o cuidadores con atribuciones parentales.
 
 
Indicadores de desprotección infantil
Es importante aclarar que la existencia o no de una situación de desprotección infantil no siempre es fácil de detectar. Partiendo de que, contrario a lo que muchos creen, esto no se hace directamente desde las causas, sino exclusivamente desde las consecuencias. Esta realidad hace aún más compleja la detección, mas no lo hace imposible porque hay indicadores bien documentados.
 
 
Indicadores físicos del menor
Los físicos suelen ser los principales indicadores de desprotección infantil, pero no siempre son una señal de violencia familiar. Comúnmente, son heridas superficiales, fracturas o magulladuras, así como otras más complejas como el retraso en el desarrollo psicomotor. Como indicamos previamente, todas estas son consecuencias de la negligencia, más no causas.
 
Entre los indicadores físicos también figuran otras manifestaciones como el peso, la talla y la apariencia general del menor. Y es que la desprotección infantil también puede tener lugar tanto en niños con desnutrición como en niños con obesidad. El primer caso puede ser consecuencia de no proporcionarles alimentos; el segundo puede deberse a falta de atención a la alimentación o ausencia prolongada del adulto.
 
 
Indicadores de comportamiento del menor
Pero resulta que la apariencia física no es la única que puede mostrar indicios de desprotección infantil. Abundan los casos de niños que no poseen ningún tipo de indicador físico de maltrato o descuido; sin embargo, su comportamiento, gestión emocional e incluso su forma de hablar pueden reflejar precisamente esto. Por ende, estos aspectos ameritan especial atención de parte del público y los especialistas.
 
Es cierto que cada niño tiene su propia personalidad, pero hay partes de ella que nos revelan aspectos sobre su crianza y entorno de vida. Los comportamientos sumisos, así como la manifestación de ira y violencia pueden ser indicadores comportamentales de desprotección infantil. También la ansiedad, el estrés postraumático, la baja autoestima, los problemas de atención y concentración, etc.
 
 
Indicadores de comportamiento de las familias o cuidadores
De modo que, tanto el cuerpo como el comportamiento de los niños alojan indicadores de desprotección infantil; así que es lógico que observar con minuciosidad ambos aspectos sea parte del proceso de detección. Sin embargo, la atención no se debe centrar únicamente en los menores, sino también en sus padres, cuidadores o familiares a cargo.
 
Por lo general, la desprotección infantil hace presencia en ambientes familiares adversos. El conflicto suele ser una normal y precedido por relaciones inestables entre los miembros del grupo familiar e interacciones negativas. También es común la escasa implicación de los padres en el cuidado y la educación de los menores, tarea muchas veces delegada o nula.
 
 
La importancia de la detección de oportuna de la desprotección infantil
No se puede negar que el público general puede tener cierta capacidad para identificar los indicadores de desprotección infantil; sin embargo, es tarea de ciertos profesionales detectarlas de manera oportuna e intervenir de acuerdo a las leyes en favor del menor. Nuestro Curso Especialista Universitario en el Trabajo con Menores está precisamente pensado para abordar este objetivo.
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